Hemos destapado la caja de Pandora con mi espalda. Al empezar a tratarla ella ha dicho "aquí estoy yo". El trabajo, los años y el sedentarismo han hecho de las suyas. Lógico! Me parece que yo creía que las cosas iban a seguir igual, con dolor de vez en cuando y listo. Pero no! Hay que ponerse manos a la obra: gimnasia, yoga, caminatas, buenas posturas y fisioterapia regular. Hasta aquí hemos llegado! Yo que cojo el coche para ir al supermercado que está aquí al lado! Bufffff!!!! Esto se acabó. Odio la medicación. Y estos días es lo único que me ayuda un poco. Y un poquito de descanso, eso también. Así que una baja laboral ha sido necesaria, con todo lo que ello implica. Esto pasa por no ocuparse de las cosas cuando toca. Postponer lo que uno tiene que hacer trae consecuencias no gratas. Ya he aprendido la lección.
Hablando de bajas: hace años tuve una larga, seis meses de inactividad total. El recuerdo de aquella época es de lo más demoledor. Por eso, el lunes cuando me enganché del cuello no podía dejar de llorar. Me sentí de nuevo a la deriva. Fueron unas horas de bajón total. Afortunadamente eso pasó y hoy veo las cosas más claras. Actuaré para que no vuelva a pasar y si pasa, trataré de domar la mente para simplemente conseguir aceptar la situación. No es la misma situación, trato de tener presente esto. Y ya no soy la misma persona que en el 2007. Así que no es igual. Ni parecido. Lo que quiere decir que puedo con esto!! Alegría, energía, optimismo y fuerza.
Queda la otra caja de Pandora. Esa que abro de vez en cuando. Pero esta ya no duele, sólo pasma un poco. Y me recuerda que hoy tengo la oportunidad de elegir de nuevo...
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