Sin explicar...

Shssssss...

No digas nada. Quizá haga falta más tiempo. Quizá en la siguiente. Sólo quizá. Ahora, es ahora. Tiempo, tiempo, tiempo...

Paredes verdes, pasillos largos, secretos escondidos. Años invertidos y tapones en los oídos. Fin de semana en lunes... Receptores saturados. Julio. Decir sin decir nada. Hablar sin abrir la boca. Silencio. Ismael de fondo, como siempre, más que nunca. Jaleo. Luz. No grites, no salgas, no lo hagas, no te calles... Y más verde y más tiempo y no llega nunca...

No lo entiendes, no lo entiendo. Palabras, palabras, palabras... Lo dejo en negro... da igual, no importa.

Dulce y anaranjado, casero. Lo pienso y lo saboreo y me rio. Tan importante como te apetezca. La moto a todo gas por el camino de la playa... Quiero el aire, el sabor y el sol. El agua imprescindible. Y ese café al sol que lo dice todo...

Y nada más. Incomprensible. Todo el romanticismo del mundo y toda la fuerza en la pantalla grande. Y una nueva respiración esperando resurgir...

Dame la mano

Nuevo mes. A falta de uno. Humedad en el ambiente y el corazón latiendo despacio. Ovillo en la cabeza y lágrimas en el alma. Caminando en círculos... Nada es lo que espero, todo girando descontrolado. Pero algo se mantiene y eso me afianza al suelo. La experiencia de los años califica de matrícula. Olé! Corazón sereno, pensamientos enjaulados... No hay encrucijada. El camino cristalino. Sucesos repetitivos que hoy ya son ayer. Aún así, tristeza. Silencio y distancia y tiempo... Hoy había Levante y la zodiac surcaba las olas superficialmente. Viaje solitario y eterno, madrugador... Ojalá hubiera podido volver anoche... Pero el mar no lo permitió y la isla ganó las horas y arrebató el sueño. La batalla dormía al costado y eso... Hasta aquí! Y silencio de la multitud. Y sorpresa... Faltó el aire, se escondió. Gracias mamá por darme la mano hoy... Como siempre...