Dicen que los sanitarios somos los peores pacientes. Lo escucho mucho. Y me lo creo. Yo misma me pasmo con mis reacciones. Despierta desde las 6 pensando en la extracción de sangre. No tanto por el hecho mismo del pinchazo, que también, sino por lo que hay alrededor. Las restricciones. Uff, he echado de menos el agua, el café y el tabaco. Menuda tontería! Pero sí, los he echado en falta! Por ese orden. El vampiro ha sido benévolo. Creía que iba a sentir más dolor. Pero no. Para esto también son fundamentales las manos expertas. Y quedo agradecida y sorprendida. Acostumbrada a ver la sangre, no me ha hecho mucha gracia ver la mía. Espesa y oscura.
Hace un sol espléndido. Saldré a dar un paseo para llenarme de energía.
Ya hablaré del café...
Hace un sol espléndido. Saldré a dar un paseo para llenarme de energía.
Ya hablaré del café...
¿Qué ocurre si yo misma me comento? Que me río!!!
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